El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha lanzado oficialmente la segunda fase del programa Bogotá Sin Hambre.
Este plan se centra en abordar de manera significativa el problema del hambre en la capital colombiana, con miras a incrementar tanto la disponibilidad de alimentos como su accesibilidad para los ciudadanos más necesitados.
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Bogotá Sin Hambre 2.0: Un compromiso sólido
Durante la presentación del programa, el alcalde Galán subrayó la inversión sustancial de 4.6 billones de pesos destinada a este esfuerzo. Este dinero será distribuido a lo largo de su administración con el objetivo de erradicar el hambre de manera efectiva.
Tal inversión, según el alcalde, es crucial para pasar de las palabras a la acción y se fundamenta en un crecimiento económico sostenible y en programas bien estructurados y carentes de improvisación.
Nuevas Infraestructuras y Más Beneficiarios
Una de las apuestas más destacadas del programa Bogotá Sin Hambre 2.0 es la ampliación de la infraestructura destinada a la alimentación. La ciudad contará con la adición de 50 nuevos comedores comunitarios y 30 nuevos comedores escolares. Estas obras buscarán llegar a una mayor cantidad de personas en situación de vulnerabilidad.
Además, se multiplicarán los esfuerzos para aumentar en un 6% el número de beneficiarios de servicios con componente alimentario, alcanzando así un total de 982 mil personas. Esta iniciativa también incluye el compromiso de garantizar la alimentación de todos los estudiantes de la ciudad mediante el Programa de Alimentación Escolar (PAE), que ya ofrece 909 mil raciones diarias.
Incremento en las transferencias para hogares en extrema pobreza
Otra medida relevante de Bogotá Sin Hambre 2.0 es el aumento del valor promedio de las transferencias económicas a los hogares en pobreza extrema. Actualmente, 37 mil de estos hogares reciben $384 mil pesos mensuales, cifra que se incrementará a $505 mil. Este aumento permitirá a estas familias tener un mayor acceso a alimentos y a otras necesidades básicas.
El alcalde Galán enfatizó la robustez y la eficacia del programa, destacando que este no se basa en discursos vacíos sino en acciones concretas y disciplinadas. «Somos conscientes que de discursos nadie se alimenta y por eso nuestro compromiso es ejecutar con disciplina estos cuatro años. Nadie en Bogotá debe acostarse a dormir con hambre, porque eso también es una forma de violencia y nuestro compromiso es avanzar en una Bogotá sin hambre,» afirmó.
