El Internet podría dejar de ser un lujo para convertirse en un derecho real en Colombia. Así funcionaría el subsidio que promete bajar la tarifa para miles de familias vulnerables.

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El acceso a Internet podría convertirse pronto en un derecho garantizado para los hogares más pobres de Colombia. El ministro de las TIC, Julián Molina, radicó en el Congreso el proyecto de ley “Internet solidario”, con el que busca que los hogares de estrato 1 paguen menos por su conexión fija.
La propuesta contempla un esquema de subsidios donde los hogares de estratos 5 y 6, junto con grandes empresas comerciales e industriales, aporten un 30 % adicional en su factura. Con esos recursos se financiaría la reducción en el pago de Internet para las familias más vulnerables del país.
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¿Cuánto pagaría un hogar beneficiado?
Según el proyecto, los hogares de estrato 1 registrados en el Sisbén (grupo A), con acceso a energía eléctrica y con estudiantes activos en su núcleo familiar, recibirían un subsidio de hasta el 55 % sobre su factura mensual.
Esto significa que pasarían de pagar la tarifa completa a cancelar aproximadamente $35.000 al mes.

¿Por qué esta medida es necesaria?
De acuerdo con estudios citados por el Mintic, los hogares más pobres destinan hasta el 30 % de sus ingresos para pagar Internet fijo, mientras que los estratos altos pagan lo mismo, pero con mucho menos esfuerzo económico. Esta inequidad profundiza la brecha social y limita el acceso a oportunidades educativas, laborales y de salud.
El ministro Julián Molina fue enfático: “El acceso a Internet no debe ser un lujo, sino un prerrequisito para la inclusión social, la equidad y la participación plena en la vida económica, política, educativa y cultural”.
Lo que sigue
Si el Congreso aprueba la ley, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) y el Ministerio TIC deberán definir los lineamientos técnicos y económicos de la tarifa especial. Además, se exigirá a los operadores de Internet mejorar sus ofertas y hacerlas más accesibles a los hogares de bajos recursos.
De esta manera, Colombia daría un paso importante para reducir la llamada “pobreza de Internet”, que afecta al 22 % de la población, y garantizaría que la conectividad sea un verdadero motor de inclusión.